Buen fin de semana el que hemos pasado en Barcelona.
La comida del sábado estuvo estupenda con la organización de nuestro maestro de ceremonias (Atenas), la compañía de una princesa con corona incluida (Rivendel), y hasta famosos que salen en carteles de maratón (GuillermoRP).
Compartimos mesa con otros conocidos como Alfons (Talara) y Leguía y conocimos a otros nuevos amigos como Perujeru y otros que no recuerdo (perdón por mi cabeza).
Estuvimos alojados el compañero Mechas, su chica y yo en un humilde hostal, limpio y barato, regentado por unos chicos orientales de unos 20 años que al salir por la puerta vestidos con nuestros disfraces de corredores nos dijeron: "suerte y que ganéis"
Nos habrá visto pinta de keniatas, nos preguntamos.
Ya la mañana estaba fría y amenazaba lluvia, pero debido a que era pronto, pensamos que la cosa mejoraría.
Quedada para las fotos y sólo vemos a Perujeru y su compañero y a Leguía que le vimos perderse en el guardarropa y no pudimos tener foto, pero bueno para otra vez será.
Comenzamos la carrera el compañero Andrés (Mechas) y un servidor con mucha alegría pero con respeto a lo que nos quedaba por delante.
A los pocos kilómetros vimos a una atleta, con apellido griego, creo recordar, que realizaba la proeza de hacer 220 Km. del tirón y aprovechaba la carrera para hacer los últimos de su aventura.
La lluvia hacía su aparición por momentos, pero siempre en forma de fina cortinilla, nunca llegó a molestar en exceso.
Los primeros 10 km. los hicimos un poco de contacto, reservando algo las fuerzas y realizando los kilómetros un poco por encima de 5 minutos, que a medida que fuimos avanzando ibamos mejorando y clavando según recorríamos todo el trayecto, que por cierto pasaba por gran parte de los monumentos y zonas importantes de toda la ciudad.
Todo iba a pedir de boca e incluso nos emocionábamos de la animación de la gente hasta tal punto que en uno de sus tramos nos recordó al tour de Francia por lo estrecho que hizo el público algún tramo dejando el paso tan sólo a unos cuatro corredores a lo ancho.
Pasamos incluso la media maratón en 1:50:00 aproximadamente, pero fue al llegar más o menos al 30, por la zona del puerto, con más humedad todavía, que las fuerzas del compañero Andrés empezaron a flaquear un tanto y yo decidí quedarme a hacerle compañía recordándole los manjares y recompensas que le esperaban a la llegada, ya que yo tampoco iba a hacer un tiempo importante y me apetecía hacerla completa junto a él, por lo menos en esta ocasión.
Fué un poco más adelante, dónde nos encontramos con el chaval Irlandés que hoy me he enterado que falleció y nos dio mucha pena porque vimos que los servicios médicos estaban trabajando a tope y nos imaginamos lo peor.
Un palo para todos y especialmente para sus compatriotas que animaban con sus banderas y sus gritos, ya que eran de los más animosos y se encontraron con este terrible suceso.
Que descanse en paz.
Empezamos la dura procesión que significa tener que ir andando unos metros y continuar la marcha corriendo a duras penas durante los km. 34 y 39 en los cuales Andrés lo pasó bastante mal y en los que vimos a otro chaval en otra camilla, pero este ya con mejor aspecto.
Entre tanto mis propias piernas ya no estaban para muchas fiestas y empezaba a tener dolores sobre todo en la pierna izquierda y en la espalda.
Sólo fue cuando quedaban 3 km. cuando con los gritos del numeroso público despertaron las pocas fuerzas que tenía mi compañero y conseguimos llegar a la meta en un tiempo de 3:47:40.
Yo no llegaba en buenas condiciones, pues ni siquiera vi que la propia princesa Rivendel estaba delante de mis narices, para ponerme la medalla y dejé que me la pusiera otra compañera suya, pero al menos pude obtener dos besos suyos, aunque continuo siendo rana, sin romperse el hechizo todavía a estas horas.
Ha sido un gran fin de semana en compañía de buena gente y una gran carrera que espero repetir en alguna otra ocasión.
Gracias a todos.